Una caravana de gitanos llega al pueblo de Fairwiew y el conservador juez Phillips (Howard Erskine) los obliga a abandonar el lugar. Al mismo tiempo, el obeso abogado Billy Halleck (Robert John Burke), con problemas para reducir su sobrepeso.
Defiende con éxito al delincuente Ritchie Ginelli (Joe Mantegna) y decide celebrar con una cena su triunfo.
De regreso a casa mientras conduce su automóvil, su esposa Linda (Bethany Joy Lenz)
comienza a darle sexo oral, lo que causa que atropelle y mate a una madura mujer gitana, Suzanne Lempke (Irma St. Paule), que resulta ser la hija del patriarca Tadzu Lempke (Michael Constantine)
de 106 años de edad.
Se inicia un juicio en el cual Billy omite la
causa de su descuido al conducir, el jefe de policía Duncan Hopley (Daniel von Bargen) comete perjurio, y finalmente el intolerante juez Phillips declara a Billy inocente.
Al día siguiente Billy, Duncan y Phillips son maldecidos por Tadzu
Lempke.
Billy comienza a adelgazar rápidamente después que el patriarca
lo toca y le dice Más delgado.
Tan solo Lemke puede retirar la
maldición, y Billy trata de persuadir al anciano de que la retire.
Al
mismo tiempo sospecha de que su esposa tiene una relación con su amigo y
médico Mike Houston (Sam Freed).
Al no tener respuesta del
patriarca, se dirige a Ritchie Ginelli, para que use sus métodos
violentos para convencer al anciano.
Ginelli asesina a un gitano y está a
punto de hacerlo con otro, dejando en ambas ocasiones una nota escrita "El hombre blanco de la ciudad dice quítenla".
En una carrera desesperada contra el tiempo, Billy va adelgazando cada
vez más hasta tal punto de ver cercana su propia muerte.
El policía
Hopley se suicida y el juez Phillips tiene una misteriosa muerte como
consecuencia de la maldición.
Lemke se da cuenta de hasta que punto ha llegado su maldición, y le
explica a Billy que la maldición no se puede retirar, pero si
transferir, y le entrega un pastel de fresas.
Aquel que consuma del
pastel tendrá una muerte dolorosa. Luego Lemke le sugiere suicidarse con dignidad
comiendo un trozo a lo que Billy se niega.
Billy regresa a su casa y
decide vengarse de su esposa por sus sospechas de infidelidad y le deja
la tarta para que se la coma. A la mañana siguiente, al levantarse,
encuentra a su esposa muerta al lado de su cama. Pero después de bajar
contento las escaleras, descubre que su hija Heidi (Lucinda Jenney)
también ha ingerido una porción del pastel. Tras sentirse culpable por
lo que acaba de hacer, decide seguir las palabras de Lemke sobre "morir con dignidad"
y comer un trozo de pastel; pero es interrumpido por el timbre de la
puerta. En la puerta está el doctor Mike Houston. Billy le invita a
pasar, y a comer un trozo de pastel.
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